
Los rastrojos aún calientes
de las barbas amanecidas
cortan en cada nuevo contacto
los caños pasados a mierda volátil.
Implican los estertores
ambivalentes eternos, tertulias sacras
inspirando a retraídos cuerpos ajenos
a las bocas y las pajas de los cuartos de hora.
Los rastrojos aún calientes
de las sobras tergiversas
cuelan rojas notas sado
a las negras prensas infumables.
Contrayendo las tripas secas
aguantando las toces aquietadas/
enciende de nuevo el tiempo.
Cae sinuoso el gotario lolero
breve presentación juvenil y sarcástica
Los rastrojos aún calientes
de las bocas suspirantes
prenden tajos arlequines
a las trompas allegadas.
Acicalan libremente
viejas piedras incrustadas
apuntadas-son-el-con-indice-lamento-de-sucio.
Extrayendo deformes escenarios,
tambos sueltos, saltimbandos,
atrayente muchedumbre silenciosa
Los rastrojos aún calientes
han abierto las esquinas;
hoy las luces ya se quiebran
entre uñas encarnadas.
(Sube y baja imperante
a las torres de los cuentos
rompe el suelo de las mezclas
tira escupos desde el puente)
Los rastrojos aun calientes
de las vidas decadentes
palpan fieles los destrozos de los muertos
fuman yerba chilombiana
a escondidas en los centros;
comen charqui de paloma
mean los postes dominicales.
Crean pubertas edades iniciadas
Los rastrojos aún calientes
reptan grises en la cuneta
se reponen y anteponen,
juntan hachís en los codos.
Contrayendo las tripas secas
extrayendo los deformes escenarios.
Cuentan uno, dos y tres
prensan pitos con manzana
sienten, sube, flotan, caen...
Se impulsan con los pies
hasta alcanzar el rayo
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